viernes, 2 de septiembre de 2011

Los Ángeles y Sequoia National Park

La visita a los Ángeles ha estado marcada por el trastorno de los vuelos, por las varias visitas al aeropuerto y los problemas varios con el coche, por lo que han sido quizás los días más complicados del viaje. Aun así he de reconocer que Los Ángeles han superado por bastante mis expectativas.

Nuestro alojamiento para las dos primeras noches fue en el Venice Beach Cotel, este alojamiento fue, como diría María, muy notorio. En cuanto a instalaciones el lugar está muy justito pero su localización es excelente. Está en primera línea de playa de Venice Beach, la playa de la serie "Los Vigilantes de la Playa". El ambiente en la zona es muy particular, se respira un aire hippie de los de verdad, con montones de puestos de venta de cosas raras, actuaciones callejeras y gente bastante rara. Una de las cosas que nos llamó la atención en Venice fue la existencia de varias clínicas de tratamientos con marihuana, ¿Será legal en California?
Venice Beach Cotel

Clínica para el tratamiento de todos tus males...
Además por todo el paseo marítimo transcurre un carril bici que tanto locales como turistas utilizan para hacer deporte.

El primer día dimos un paseo hasta el Pier de Santa Mónica, el lugar donde termina la Ruta. Las sensaciones allí fueron bastante raras, porque por un lado nos dimos cuenta que el viaje había llegado a su fin pero al mismo tiempo nos invadió la sensación de haber completado una aventura.
Willy en Santa Monica
Willy terminó el viaje
Poco antes de llegar al Pier aparece la "Muscle Beach", aquí según su cartel se inventó el fitnes. El lugar estaba repleto de diferentes aparatos de gimnasia y montones de gente practicando los más pintorescos deportes.
Cartel de Muscle Beach
Tras la vuelta al hotel nos vimos obligados a ir aeropuerto dado que nuestros vuelos habían sido cancelados, una vez conseguimos solucionar todo para relajarnos nos fuimos a comer la última hamburguesa de la ruta.
26 Beach, La mejor hamburguesa que jamas hayamos probado
El lugar elegido fue el 26 Beach Restaurant, su fama le precede con razón, la hamburguesa allí tiene proporciones épicas, la carne (mmmm) se deshacía sola en la boca, un bacon crujiente que es otro nivel y para rematar, todo ello venía en un bollo con un toque un poco dulce que le daba un sabor especial. Comparando todas las hamburguesas que hemos comido he de decir que sin duda alguna esta ha sido la mejor hamburguesa de mi vida (nos salió a 12€ cabeza bebidas incluidas)

Para bajar la tripa tras este manjar nos fuimos a dar un paseo por la playa y pronto para el hotel pues ahora teníamos 5 días más que necesitaban ser planeados.

La mañana siguiente decidimos pasarla en la playa, aprovechando el buen tiempo y la buena temperatura, así pudimos darnos nuestro primer baño en el Pacífico. Al medio día tuvimos que volver al aeropuerto para arreglar el asunto del coche y tras ampliar el contrato del coche para dos días más pusimos rumbo a Visalia, nuestra base de operaciones para atacar al día siguiente el Sequoia National Park.

El Sequoia se había caído de nuestra lista de visitas por falta de tiempo (era o bien Sequoia o bien Death Valley) así que al vernos con tiempo la idea rápidamente volvió a nuestra cabeza. La visita comenzó siendo un poco floja, estábamos muy cansados y no fue hasta media mañana que empezamos a disfrutar el parque. Como es obvio el lugar es famoso por sus gigantescas sequoias, entre ellas la más grande del mundo "El General Sherman". El árbol es gigante, tiene 80 metros de altitud, una circunferencia de 30 metros y según nos contaron los rangers cada año crece lo suficiente como para que la cantidad de madera que genera sea mayor que el tamaño entero de árboles adultos de otras especies. También vimos algunas praderas y disfrutamos de sus paisajes. La visita al parque terminó con una grata sorpresa, fuimos capaces de ver relativamente cerca un pequeño oso, aunque hemos de admitir que nos entro algo de miedo de pensar que pudiese aparecer la madre por lo que nos alejamos rápido. La noche decidimos pasarla otra vez en Visalia porque a esas alturas del viaje se agradece pasar dos noches en el mismo sitio.
Un túnel a través de un árbol en Sequoia National Park
Praderas de Sequoia National Park
Praderas de Sequoia National Park
El día siguiente volvimos a Los Angeles, pero esta vez a un motel, porque si algo hemos aprendido en esto días es que los moteles son de lo mejorcito que puedes elegir para dormir, cómodos y sobretodo económicos. El motel estaba situado en pleno downtown, así que la tarde la dedicamos para pasear por sus calles. Allí nos llevamos una grata sorpresa, el downtown de Los Ángeles, es grande, limpio, con edificios súper interesantes y sobretodo con muy buena ambiente. Destacaríamos la biblioteca municipal, la sala de conciertos de Disney y la catedral de Moneo.
Disney Musical Hall, Los Ángeles
Catedral de Los Ángeles, Moneo

Cuando comenzó a anochecer fuimos a por el coche y nos acercamos hacia Hollywood. He de decir que esta parte de la ciudad nos defraudó bastante, supongo que en otro tiempo debió ser glamuroso pero en la actualidad es únicamente una atracción turística bastante folclórica, esta bien para sacar algunas fotos pero sin más.


El penúltimo día, el último con hotel, bajamos a San Diego, a una hora y media de los Ángeles para realizar una visita arquitectónica al Salk Institute. De vuelta a la ciudad hicimos una parada para darnos el último chapuzón en el Pacífico, en esta ocasión en las playas de Laguna Beach. Unas playas muy bonitas y tranquilas que ofrecen buenas vistas de la puesta de sol. Allí nos pegamos un baño hasta que por confiados una ola nos pegó un buen revolcón del que tardamos un rato en recuperarnos.
Salk Institute, San Diego
Salk Institute, San diego
El último día de viaje teníamos planificada la visita a Hollywood y sus centro comerciales. Como ya comentamos la zona fue sin más, hicimos alguna foto, comimos en el Joe's Pizza (una muy buena pizza) y nos fuimos a Santa Mónica a ver la puesta de sol como colofón al viaje. Elegimos ese sitio por el simbolismo de despedirnos del viaje en el final de la Ruta. Allí no pudimos evitar ponernos tristes y recordar los miles de recuerdos que nos llevamos de este viaje.

Ahora mismo os escribo desde el avión a menos de cinco minutos de pisar Europa por lo que damos por finalizado el viaje más increíble jamas habíamos imaginado. Han sido 36 días inolvidables e irrepetibles porque, aunque seguro habrá más viajes a lo largo de nuestras vidas, será difícil superar la ilusión con la que afrontamos esta aventura.
Parte de nosotros quedó en este viaje para siempre

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jueves, 1 de septiembre de 2011

San Francisco - Los Ángeles e Irene

Si el anterior post lo escribíamos desde el aeropuerto de Los Ángeles, este lo escribimos desde el aeropuerto de Nueva York, han pasado bastantes horas y la verdad es que andamos bastantes descolocados en cuanto al tiempo. En cualquier caso nuestra situación es bastante mejor, ya veréis porque.

Este post, al contrario de lo que hemos hecho siempre, se salta un poco la línea temporal, más que nada para intentar contar todo los Ángeles en una sola entrada. Empezamos contando el viaje desde San Francisco a Los Ángeles.

Para llegar hasta nuestra próxima parada se nos presentaban dos opciones, o bien bajar por la autopista o bien volver a las pequeñas pero bonitas carreteras, en este caso la HWY 1. La HWY 1 es otra de esas rutas famosas de los Estados Unidos que transcurre bordeando la costa del pacífico por gran parte del estado de California. El tiempo cuando abandonamos San Francisco no acompañaba, teníamos de nuevo una densa niebla que hacía que el Pacífico pareciera más salvaje de lo que su nombre hace pensar.


Las tres primeras horas de conducción transcurrieron entre bancos de niebla y ratos de sol con temperaturas que a penas superaban los 22 grados.

Tras estas primeras horas hicimos una pequeña parada para comer algo y descansar, la comida de aquel día fue en uno de los sitios que todavía no hemos hablado pero que ha sido de los mejores descubrimientos que hemos hecho: ¡El Panda Express! El Panda Express es una cadena de restaurantes de comida china en el que te preparas platos para llevar, y cuya especialidad, al menos según nuestro gusto, es el pollo a la naranja. Esperemos que algún día, a no muy tardar, lleguen a España, porque aquí el negocio triunfa y además de ser barato está realmente bueno.

Pocos kilómetros después de la parada para comer nos encontramos por casualidad con unos outlet donde también dedicamos un ratillo a las compras. Viendo que se nos hacía tarde decidimos abandonar la HWY 1 y poner rumbo a Los Ángeles por la interestal, pese a ello llegamos bien entrada la noche. Una vez más nos dimos cuenta que si viajas disfrutando de la carretera, existe una gran diferencia entre el tiempo planificado y el que luego realmente se utiliza.

El hotel en esta ocasión fue el Venice Beach Cotel, un lugar bastante modesto en nuestra opinión, donde lo que pagas realmente es su localización en primera línea de playa de Venice Beach, pero de esto ya hablaremos más adelante.

A mitad de ese día, más o menos, habíamos recibido un correo de Aer Lingus avisándonos de posibles cambios en los horarios de los vuelos debido al huracan Irene. Sin embargo, la peor parte llegó al día siguiente cuando después de una mañana de playa al llegar al hotel nos encontramos con un correo donde se nos comunicaba la cancelación de los vuelos desde NY - Dublín

Inmediatamente pusimos rumbo al aeropuerto, allí vimos que no había mostradores de Aer Lingus y dado que sus líneas telefónicas estaban totalmente saturadas tuvimos que realizar los cambios por Internet. El sistema funcionó muy bien, y rápidamente tuvimos los vuelos cambiados para el día 30. En aquel momento confiábamos en que no habría problemas para llegar a NY ese día. Sin embargo, al ir al mostrador de Virgin para cambiar los billetes empezaron los problemas. Resultó que no había ninguna posibilidad de llegar para el día 30, salvo quizás salir aquella noche y pasar 3 días encerrados en el JFK. Finalmente nos pudo la cordura y viendo que Virgin nos podía ofrecer unos billetes para el día 1 decidimos retrasar el viaje hasta ese día.

Lo bueno de toda la historia anterior, es que al no quedar demasiados billetes en Aer Lingus la compañía nos ofreció un upgrade gratuito para el vuelo NY - Dublín, así que desde aquí, desde la sala VIP del JFK, os escribimos ahora, a la espera de embarcar en la business class de un transoceanico, esperamos que la fama que le precede sea cierta. La situación no parece tan mala, pero ha habido motivos por lo que nos agobiamos bastante en ese momento, aunque ahora nos alegramos de haber cerrado las reservas pronto y tener billetes garantizados, viendo sobretodo los problemas que están teniendo muchos españoles y que nos han contado desde España estos días.

Y eso es todo, durante el vuelo intentaremos escribir la última entrada resumen del viaje.

P.D ayer entregamos el coche, y el viaje en números ha sido se puede resumir de la siguiente forma:
Adios amigo :)
  • 6302 millas de conducción - Unos 10.200 km
  • 149 horas de coche
La verdad que nos dio mucha pena abandonar a nuestro compañero de viaje.